El potencial de los bacteriófagos para combatir infecciones resistentes
La terapia con fagos está experimentando un resurgimiento debido a su potencial en el manejo de enfermedades infecciosas contra bacterias multirresistentes

El aumento de bacterias resistentes a los antibióticos ha generado la necesidad de estrategias antimicrobianas alternativas para el manejo de enfermedades infecciosas, como la terapia con fagos, que ha emergido como una herramienta prometedora.
Los bacteriófagos son virus que infectan y pueden destruir bacterias. En la fagoterapia, se administran estos virus para atacar bacterias patógenas específicas, sin dañar las células humanas ni la microbiota beneficiosa. Esta especificidad reduce los efectos secundarios y preserva el equilibrio microbiano del cuerpo.
La terapia con fagos se exploró por primera vez a principios del siglo XX, en el tratamiento de la disentería y las infecciones estafilocócicas en niños. Sin embargo, el auge de los antibióticos provocó una disminución de su uso en la medicina occidental. Recientemente, nuevas investigaciones se están centrando en su potencial para combatir cepas multirresistentes de Acinetobacter baumannii y Pseudomonas aeruginosa.
Varias estrategias innovadoras buscan mejorar la eficacia de esta terapia, como la terapia con fagos personalizada, particularmente en infecciones crónicas como la fibrosis quística, donde se seleccionan fagos que se dirigen específicamente a las cepas bacterianas del paciente. Otra opción es el uso de terapias combinadas de fagos con antibióticos u otros agentes terapéuticos, como los fotosensibilizadores. Una tercera técnica es la encapsulación de fagos en micropartículas o hidrogeles, que mejoran la estabilidad y la eficacia de las preparaciones.
A pesar de los prometedores avances, siguen existiendo varios desafíos en el campo de la terapia con fagos, como los marcos regulatorios, la estandarización de los preparados y la percepción y aceptación del público, que resultan esenciales para su adopción como tratamiento.
La terapia fágica se está explorando y aplicando en diversos campos, más allá del tratamiento de infecciones causadas por bacterias multirresistentes como Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae, Pseudomonas aeruginosa y Staphylococcus aureus e infecciones crónicas de heridas, incluyendo úlceras diabéticas. También se propone su empleo para prevenir la contaminación bacteriana en alimentos listos para el consumo, apuntando a patógenos como Listeria monocytogenes., o en el tratamiento de infecciones en animales de granja causadas por bacterias como E. coli y Salmonella, buscando reducir el uso de antibióticos en la agricultura. Por otra parte, se propone el biocontrol basado en fagos para combatir enfermedades bacterianas en plantas, ofreciendo una alternativa ecológica a los pesticidas químicos. Por último, se están desarrollando fagos modificados genéticamente para detectar contaminantes bacterianos, mejorando las capacidades diagnósticas.
Los avances en la terapia fágica se centran enprincipalmente en la ingeniería genética, con la utilización de sistemas como CRISPR-Cas para mejorar la especificidad y eficacia de los fagos contra bacterias resistentes y la integración de fagos con antibióticos o moduladores inmunológicos para mejorar los resultados del tratamiento y reducir el desarrollo de resistencia.
Sin embargo, las aplicaciones de la terapia con fagos se han visto limitadas por el rápido desarrollo de bacterias fagorresistentes. Por lo tanto, se necesita explorar estrategias de tratamiento con fagos más efectivas guiadas por la caracterización de mutantes resistentes, lo que requiere una investigación continua y el desarrollo de bibliotecas de fagos actualizada.
La fagoterapia representa una frontera prometedora en la lucha contra las infecciones resistentes a los antibióticos. La investigación y los ensayos clínicos a gran escala serán fundamentales para configurar su rol en la lucha contra las infecciones resistentes a los antibióticos.