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Últimos hallazgos sobre la capacidad del pez cebra para regenerar su médula espinal

El pez cebra (zebrafish) es un modelo clave en la investigación de la regeneración nerviosa con implicancias en la medicina humana

Según estimaciones de la WHO (World Health Organization), aproximadamente 15,4 millones de personas tenían una lesión en la médula espinal en 2021. Las lesiones de la médula espinal dañan el conjunto de nervios y fibras nerviosas que envían señales desde el cerebro a otras partes del cuerpo y pueden afectar la sensibilidad, el movimiento, la fuerza y ​​la función debajo del sitio lesionado.

Los peces cebra (zebrafish) adultos tienen pueden recuperarse de lesiones graves en la médula espinal, capacidad que no poseen los mamíferos. Esta respuesta regenerativa involucra muchos tipos de células, incluidas células inmunes, células progenitoras, neuronas y células gliales de apoyo, todas las cuales trabajan juntas para reparar con éxito el daño. El descubrimiento de este fenómeno llevó a considerar al pez cebra como un modelo a estudiar para lograr terapias regenerativas para el ser humano.

En un estudio financiado por los NIH (National Institutes of Health) publicado en Nature Communications los investigadores aprovecharon las herramientas que permiten estudiar la actividad genética que subyace a esta respuesta de curación de la médula espinal mediante la secuenciación de las transcripciones de RNA dentro de neuronas individuales.

Para ello, se secuenció el RNA de las células espinales en el momento de la lesión y luego de una, tres y seis semanas. Los análisis mostraron que las neuronas del pez cebra tienen una activa respuesta expresada por cambios en la actividad genética, seguida del crecimiento de nuevas neuronas para restablecer las conexiones esenciales.

Además, se observó que algunas de las neuronas lesionadas existentes se reprogramaban, mostrando un patrón regenerativo que fomenta su supervivencia y aumenta la flexibilidad para permitir la curación. Cuando esas neuronas, denominadas iNeurons, se inhabilitaron, el pez cebra no recuperó la capacidad de nadar, incluso cuando las células madre regenerativas permanecieron activas.

En las personas o en los ratones, una lesión de la médula espinal desencadena una cadena tóxica de acontecimientos que mata las neuronas existentes e impide su reparación. Sin embargo, en el pez cebra, la regeneración no se debería únicamente a que las células madre generen nuevas neuronas, sino que puede estar más relacionada con procesos que protegen las neuronas lesionadas.

En trabajos futuros, los investigadores planean realizar estudios similares en muchos otros tipos de células que se sabe que desempeñan algún papel en la curación de la médula espinal en el pez cebra, incluidas las células gliales de apoyo y las células inmunitarias.

Este tipo de hallazgos en el pez cebra pueden conducir a nuevas hipótesis y llegar a tratamientos que fomenten la protección neuronal, la flexibilidad y la recuperación en el sistema nervioso humano después de lesiones de la médula espinal.