fbpx

Cómo afecta el entorno social al microbioma humano

El análisis de casi 2000 personas que viven en aldeas remotas demostró que cuanto más interactúan las personas, más similar es la composición de sus microorganismos intestinales

Cuanto más interactúan las personas, más similar es la composición de sus microorganismos intestinales. incluso si las personas no viven en el mismo hogar, según demuestra un estudio realizado en Centroamérica y publicado en Nature.

Para investigar la relación entre la estructura de la red y la composición del microbioma intestinal se realizó un mapeo integral de redes sociales y datos detallados de secuenciación del microbioma de 1787 adultos de 18 aldeas aisladas en Honduras. Este es un entorno tradicional que implica interacciones cara a cara dentro de una población circunscrita que participa de una dieta tradicional y está relativamente desprovista de antibióticos y otros medicamentos.

Utilizando datos a nivel de especie y de cepa, se demostró que el intercambio microbiano ocurre entre muchos tipos de relaciones, incluidas las conexiones no familiares y no domésticas. Además, el intercambio de cepas se extiende a las conexiones sociales de segundo grado, o sea, no solo a sus contactos sociales, sino también a las conexiones de estos contactos, demostrando la relevancia de la amplitud de la red de una persona.

Entre 301 personas cuyo microbioma se volvió a medir 2 años después, se observó una mayor convergencia en el intercambio de cepas en co-aldeanos conectados versus co-aldeanos no conectados.

El trabajo es uno de varios estudios que plantean la posibilidad de que las condiciones de salud puedan estar determinadas por la transmisión del microbioma entre individuos, y no solo por la dieta u otros factores ambientales que afectan la flora intestinal.

El estudio tiene un antecedente en un trabajo realizado por investigadores de la Washington University en St. Louis, liderados por Jeffrey Gordon, y publicado en Nature en el 2006, en el cual se analizó la relación entre el microbioma y la transmisión de la obesidad. Los investigadores trasplantaron microbiomas intestinales de ratones obesos y delgados a ratones libres de gérmenes (germ-free). Descubrieron que los ratones que recibieron microbiomas de ratones obesos ganaron más peso y grasa, a pesar de recibir la misma dieta, que los ratones que recibieron microbioma de ratones delgados. Se sabe que ciertos virus y bacterias que se encuentran en el microbioma intestinal modifican el riesgo de obesidad de una persona. Desde entonces, varias publicaciones han sugerido que las interacciones sociales dan forma al microbioma intestinal.

En el trabajo realizado en Honduras se observó que los cónyuges y las personas que viven en la misma casa comparten hasta el 13,9% de las cepas microbianas en sus intestinos, pero incluso las personas que no comparten techo pero que habitualmente pasan tiempo libre juntas comparten el 10%. Por el contrario, las personas que viven en el mismo pueblo pero que no suelen pasar tiempo juntas comparten solo el 4%. También hay evidencia de cadenas de transmisión: los amigos de amigos comparten más cepas de las que cabría esperar por casualidad.

Investigaciones como ésta sugieren que los factores de riesgo de enfermedades vinculadas al microbioma podrían transmitirse de persona a persona a través de sus microbiomas. Por lo cual mejorar la calidad del microbioma podría ayudar al tratamiento de muchas enfermedades.

Estos resultados no significan que las personas deberían evitar las interacciones sociales, ya que las mismas también pueden propagar componentes de microbiomas saludables y tener otros innumerables beneficios para la salud física y mental.