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Brasil, con su enorme capacidad hidroeléctrica, apunta a ser un actor clave en la producción de hidrógeno verde

La región presenta ventajas competitivas para producir hidrógeno verde utilizando sus fuentes renovables de energía

Brasil se encuentra entre los cinco mayores productores de energía hidroeléctrica del mundo. El ranking de los top five lo completan China, Canadá, Estados Unidos y Rusia.

En 2022, el 91 % de la electricidad del país se generaba a partir de fuentes renovables. Además, más del 68 % de su electricidad ya es producida en plantas hidroeléctricas. La instalación que más electricidad genera anualmente es la central de Itaipú, situada en el río Paraná, entre Brasil y Paraguay. Es la tercera de la lista de las centrales hidroeléctricas mundiales, en función de capacidad instalada y producción anual, luego de las centrales Three Gorges Dam y Baihetan Dam, ubicadas en China. 

Otras energías renovables, como la solar, la eólica, e incluso la biomasa, también han tenido un gran avance, y están aportando más del 22 % del total de la electricidad del país.

Los estados de Río Grande y Bahía, en el nordeste, concentran el 60 % de la potencia de generación eólica nacional, sumando más de 2.800 turbinas de viento en sus territorios, según datos de la ABEEólica (Associação Brasileira de Energia Eolica e Novas Tecnologias) y se han convertido en un actor fundamental en la generación eléctrica a partir de fuentes renovables.

La región presenta ventajas competitivas para desarrollar hidrógeno verde, en la medida que su proceso solo utiliza energía de fuentes renovables. La amplia línea costera no solo facilita el proceso intrínseco de la hidrólisis, sino que, además, aloja una gran red portuaria. La sostenibilidad del proceso de obtener hidrógeno combustible sería diferente si la electricidad utilizada proviniera de combustibles fósiles, como es el caso de los hidrógenos gris o azul.

La producción de hidrógeno verde podría atender el autoabastecimiento y generar también exportaciones. Surge así la posibilidad de que produzca fertilizantes verdes ya que aunque es el cuarto país agrícola del mundo, sigue dependiendo en la actualidad en un 80 % de las importaciones de fertilizantes.