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Granos de etiqueta limpia, un requisito posible de lograr con pruebas y análisis de seguridad avanzados

La tendencia Clean Label exige identificar los riesgos y reducir ingredientes

La industria de alimentos está cambiando de paradigma en lo que respecta a la seguridad. Los consumidores son los nuevos árbitros de la seguridad y la calidad.

La percepción del mercado de un nuevo producto puede afectar en gran medida la reputación de una marca, es vital que las empresas identifiquen y desarrollen soluciones para los puntos débiles de calidad dentro de la línea de desarrollo de productos.

Las etiquetas de los productos enumeran los ingredientes que se sabe que contiene un producto. Lo que no incluyen son contaminantes y aditivos con los que los ingredientes pueden entrar en contacto al ingresar a la cadena de producción de alimentos.

Estos pueden incluir metales pesados ​​y productos químicos que se filtran en el suelo y el agua de los cultivos como resultado de los métodos agrícolas, la industria y las actividades mineras. Los sistemas de transporte y almacenamiento pueden ser oportunidades adicionales de contaminación.

La presencia de micotoxinas, por ejemplo, entraña riesgos para la salud, y pueden infectar los cultivos de cereales tanto antes como después de la cosecha. La mitigación de micotoxinas es tan crucial como cualquier otro elemento de la gestión de la seguridad alimentaria.

La mayoría de las micotoxinas son relativamente termoestables dentro del rango de temperaturas convencionales de procesamiento de alimentos (80-121 ° C), por lo que se produce poca o ninguna destrucción en condiciones normales de cocción, como hervir y freír, o incluso después de la pasteurización.

De los varios cientos de micotoxinas identificadas hasta ahora, alrededor de una docena han recibido la mayor atención debido a sus graves efectos sobre la salud humana y su presencia en los alimentos. Las aflatoxinas producidas por las especies de Aspergillus flavus y A. parasiticus pueden causar aflatoxicosis, una forma de intoxicación aguda potencialmente mortal, pero también  son carcinógenos potentes que pueden afectar a cualquier órgano o sistema, y especialmente al hígado y el riñón.

La Food and Drug Administration (FDA) de los EE. UU. ha establecido niveles de acción de 20 partes por billón (ppb) para las micotoxinas en varios alimentos, en tanto que los límites de la regulación de la UE alcanzan las 2 ppb.

Como los hongos y las aflatoxinas no están distribuidos uniformemente en los cargamentos a granel ni en los lotes de cereales almacenados, para obtener un resultado representativo es imprescindible que el muestreo sea adecuado.

Para facilitar las primeras pruebas en el elevador de granos y para laboratorios de pequeña escala, se están utilizando pruebas de flujo lateral dada su metodología intuitiva, confiabilidad y simplicidad del diseño que contribuye a la velocidad de las pruebas.

Para procesadores más grandes y servicios de laboratorio, que analizan una mayor cantidad de muestras y buscan reducir el costo analítico por muestra, las pruebas ELISA automatizadas brindan soluciones de alto rendimiento para una detección precisa de hasta 1 ppb en granos.

Para los casos en los que se requiere un análisis de confirmación, las tecnologías avanzadas de cromatografía líquida con espectrometría de masas (LC/MS) proporcionan una herramienta sensible para detectar múltiples micotoxinas simultáneamente en concentraciones de partes por trillón (ppt).

Pero al tratar de acercarse más al concepto de clean label, también se buscará reducir la cantidad total de ingredientes en el producto. El uso de tecnologías de análisis de calidad basadas en reología brindan información sobre las estrategias de selección de ingredientes y la optimización de procesos.

Para los fabricantes de alimentos, el principal desafío que presenta la tendencia de las etiquetas limpias es adaptar sus productos a las demandas cambiantes de los consumidores.