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Los e-fuels, neutros en carbono, pueden ser un combustible alternativo clave en el futuro

Las condiciones climáticas y geográficas que se dan en Argentina constituyen un escenario favorable para la producción de más energía exportable

Captar dióxido de carbono de la atmósfera y combinarlo, a través de una serie de reacciones químicas, con hidrógeno obtenido del agua puede dar como resultado un combustible sintético que reemplazaría a los combustibles fósiles usados actualmente en los motores de explosión.

La clave de esta tecnología es disponer de abundante energía limpia, y la propuesta es el uso de energías renovables, como la eólica o solar, según la disponibilidad del lugar donde se encuentre emplazada la planta.

La producción de los llamados e-fuels (por electrofuels o electrocombustibles) parte del proceso de hidrólisis del agua que descompone las moléculas de agua en hidrógenos y oxígeno. Este hidrógeno, denominado verde por su obtención de fuentes renovables, se combina luego con dióxido de carbono capturado de la atmósfera. El resultado es la generación de metanol, la base de los e-fuels o gasolinas sintéticas. Los e-fuels son considerados neutros en carbono porque las emisiones de dióxido de carbono producidas por la combustión de los motores igualan al dióxido de carbono capturado de la atmósfera.

La demanda mundial de energía en un mundo en crecimiento es cada vez mayor y los elementos esenciales, como el litio, para la producción de vehículos eléctricos puede verse limitada. La posibilidad de contar con los e-fuels para los vehículos actuales es una alternativa que puede ser aceptable para muchos gobiernos.

Cuando la Unión Europea concrete la prohibición del uso de combustibles fósiles en parte de su parque automotor, inicialmente propuesta para 2035, la demanda de este tipo de combustibles aumentará si no se disponen de suficientes vehículos eléctricos, teniendo en cuenta la alta demanda de litio.

En diciembre 2022 se inauguró en Punta Arenas, Chile, la fase piloto de Haru Oni, su primera planta de combustibles neutros de carbono en base a hidrógeno verde. Siemens Energy fue co-desarrollador del proyecto y actuó como integrador de sistemas cubriendo toda la cadena de valor, junto a Porsche, HIF Global y otras empresas. Haru Oni es la primera planta integrada y comercial a gran escala del mundo para producir combustibles sintéticos neutros para el clima.

La iniciativa de Chile, que en la actualidad ha llegado a un 70 % de su matriz eléctrica basada en energías renovables, puede replicarse en la Patagonia argentina, donde se dan similares condiciones climáticas y geográficas. Podría ser una oportunidad para complementar las exportaciones de crudo y gas no convencional, diversificando la economía y desarrollando nuevas industrias de exportación.