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Life SPOT, un proyecto de la Unión Europea para reducir contaminantes emergentes de las aguas subterráneas

Evaluará una tecnología que combina algas y bacterias con corcho, para aplicar en pequeños núcleos rurales.

Las aguas subterráneas son la principal fuente de agua potable para los habitantes de las zonas rurales de los países mediterráneos, pero la contaminación hace peligrar su disponibilidad. Y es que la actividad humana (principalmente la ganadería y la agricultura) a lo largo de los años ha vertido un exceso de fertilizantes y plaguicidas en los cultivos, que han acabado filtrándose hasta los acuíferos subterráneos. la calidad del agua suministrada a una proporción significativa de la población europea no se controla adecuadamente y que no se reconocen los riesgos potenciales para la salud. La contaminación antropogénica por nitrato y pesticidas es uno de los principales problemas de calidad del agua en los suministros de agua pequeños y muy pequeños.

De hecho, aproximadamente el 13% de las estaciones de monitoreo de aguas subterráneas en Europa exceden el límite de 50 mg de NO3 / L (91/676 / CEE), reduciendo así la cantidad de agua potable utilizable. Además, el 7% de dichas estaciones informaron niveles excesivos para uno o más más pesticidas (> 0.1 μg / L). Otra preocupación importante de salud pública ha surgido en toda Europa durante los últimos años debido a la aparición de antibióticos y genes de resistencia a los antibióticos en las aguas subterráneas a través de la aplicación de estiércol en la agricultura. Los suministros muy pequeños, como pequeñas aldeas o granjas ubicadas en áreas rurales, pueden ser los más afectados por la contaminación de sus fuentes de suministro.

En este contexto nace el proyecto europeo LIFE SPOT: Green solutions for treating Groundwater pollution to meet drinking water Directive standards. Su objetivo es desarrollar un nuevo proceso de tratamiento que elimine los nitratos y microcontaminantes de las aguas subterráneas y produzca agua potable de buena calidad según los requisitos legales (Directiva 98/83 / CE). El Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàires (IRTA), una empresa pública de la Generalitat de Catalunya, coordinará el consorcio del proyecto, formado por IDAEA-CSIC, Eurecat, Protecmed, FACSA y Nenuphar. Su duración está prevista hasta junio de 2023.

Se trata de operar dos plantas piloto de tratamiento de microalgas-corcho para mostrar la viabilidad de una tecnología basada en procesos para reducir el contenido en nitratos, plaguicidas y sustancias emergentes. Las plantas utilizarán la acción de la luz para hacer crecer las microalgas y bacterias, un sistema de filtración basado en corcho granulado y la separación de las microalgas por flotación para su posterior valorización.

Este proceso se aplicará en zonas rurales con suministros de agua muy pequeños. Actualmente, el 13% de las estaciones de control de aguas subterráneas de toda Europa superan el límite de 50 mg NO3 / L establecido por la Unión Europea (Directiva 91/676 / CEE), mientras que el 7% de las aguas subterráneas presentan concentraciones excesivas debido a uno o más plaguicidas.

Se espera un rendimiento de eliminación de nitratos de al menos un 60-80% en agua que contenga entre 50 y 150 mg / L de nitratos, y de un 60-100% en contaminantes químicos.

Además, las mejoras previstas a partir de este proyecto incorporan otros beneficios, como la valorización del exceso de microalgas filtrado para el compostaje (o biogás) y la alimentación animal.