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Compuestos bioactivos en tiempos de pandemia: prebióticos, probióticos y posbióticos

COVID-19 creó una demanda creciente de alimentos que refuercen el sistema inmunológico

La pandemia por SARS-CoV-2 creó una demanda creciente de alimentos que fortalezcan el sistema inmunológico. La industria debió aumentar su capacidad de producción de vitaminas, minerales, suplementos y alimentos funcionales. Dentro de estos últimos se encuentran los probióticos, un término más conocido por la población en general. Pero el panorama se complica, con la irrupción de los prebióticos, sinbióticos y, en los últimos tiempos, con una nueva categoría, los posbióticos.

Los alimentos con componentes activos que regulan los mecanismos de control de la enfermedad, ya sea como profilácticos o terapéuticos, se denominan típicamente como alimentos funcionales.

Los probióticos pueden definirse como microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud, modulando la microbiota intestinal. La mayoría de los productos probióticos contienen una lista definida y limitada de taxones microbianos, que incluyen por ejemplo a bacterias del ácido láctico como Lactobacillus spp., Bifidobacterium spp., o el más reciente Bacillus coagulans GBI-30, 6086, una bacteria formadora de esporas que es resistente a altas temperaturas y a la acidez. Todos tienen el estatus del “reconocidos generalmente cono seguros” (Generally Recognized as Safe o GRAS).

La International Scientific Association of Probiotics and Prebiotics revisó la definición de los prebióticos y llegó a un consenso, al considerar que son sustratos utilizados selectivamente por microorganismos huéspedes que confieren un beneficio para la salud. Los prebióticos pueden cambiar la composición de la microbiota estimulando el crecimiento de ciertas especies. Numerosos carbohidratos fermentables transmiten tales efectos prebióticos, incluidos los oligosacáridos de la leche humana (Human Milk Oligosaccharides o HMO), varios tipos de fibra dietética, fenólicos y fitoquímicos, ácido linoleico conjugado y ácidos grasos poliinsaturados y una amplia gama de oligosacáridos, con una amplia gama de efectos sobre la salud.

Un simbiótico, inicialmente concebido como una combinación de probióticos y prebióticos, sería una mezcla que comprende microorganismos vivos y sustrato (s) utilizados selectivamente por los microorganismos del hospedador, que confiere un beneficio para la salud.

En 2019, la misma ISAPP convocó a un panel de expertos para revisar la definición y el alcance de los posbióticos. Entre los expertos, autores de la publicación, se encontraba Gabriel Vinderola, del Instituto de Lactología Industrial (CONICET-UNL), Facultad de Ingeniería Química, Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, Argentina. El panel definió a un posbiótico como una preparación de microorganismos inanimados y / o sus componentes que confiere un beneficio para la salud. Para la ISAPP, los posbióticos eficaces deben contener células microbianas inactivadas o componentes celulares, con o sin metabolitos.

Las mezclas complejas de los posbióticos pueden contener productos metabólicos secretados por los probióticos como enzimas y otras proteínas, ácidos grasos de cadena corta, vitaminas, biosurfactantes secretados, aminoácidos, péptidos, ácidos orgánicos, células microbianas inactivadas de probióticos (intactas o rotas) que contienen componentes celulares como peptidoglicanos, ácidos teicoicos, proteínas de superficie.

Dado que los probióticos son organismos vivos, los procesadores de alimentos deben tener cuidado para asegurarse de que sobrevivan al proceso de fabricación. Las limitaciones dadas por el mantenimiento de la viabilidad obstaculizan de alguna manera mayores aplicaciones potenciales en los sectores alimentario y farmacéutico.

Por lo tanto, el enfoque está cambiando gradualmente de bacterias probióticas viables hacia los posbióticos. En los posbióticos, los microorganismoes están inactivados, no viables.

Los posbióticos poseen ventajas sobre los probióticos como facilidad de producción y almacenamiento, disponibilidad del proceso de producción para el escalado industrial, mecanismo de acción específico y mejor accesibilidad de los patrones moleculares asociados a microbios patógenos (Pathogen-Associated Molecular Patterns o PAMPs) Los PAMPs son estructuras que poseen los microorganismos patógenos que son reconocidas e interaccionan con los receptores de reconocimiento de patrones (Pattern Recognition Receptors o PRRs) de las células del sistema inmune.

Una investigación de TMR señala que los líderes de la industria están aumentando la inversión en actividades de investigación, aprovechando las ventajas y oportunidades de crecimiento en el mercado global de suplementos posbióticos.

Un ejemplo de un posbiótico utilizado en el procesamiento de alimentos es EpiCor, un fermentado de levaduras de la empresa Cargill. EpiCor tiene aplicaciones en alimentos y bebidas, es estable al calor y puede soportar diferentes niveles de pH. EpiCor aporta color marrón y sabor a melaza a las formulaciones y combina con ingredientes como chocolate, vainilla y frutos rojas.

In Tune with Immune” es una de las principales tendencias de 2021 identificadas por Innova Market Insights. El interés de los consumidores por la inmunidad se extiende globalmente.