fbpx

Farmesa, una empresa argentina de ingredientes alimentarios que se transformó en global

Después de 60 años, con sitios productivos en Argentina y Sudeste Asiático, exporta a más de 40 países.

Con una larga historia de inversión y crecimiento, Farmesa ahora incursiona en el desarrollo de proteínas vegetales para productos plant-based. Desde su planta en General Rodríguez, su director, Federico Nocella, analizó el aporte de la firma al mercado nacional e internacional.

Farmesa es una empresa dedicada a proveer ingredientes para la industria alimentaria. ¿Cuál es la historia de la empresa y cuál es su estructura en la actualidad?

Farmesa se creó en 1959, a partir de la vocación de sus fundadores para agregar valor a los productores de alimentos, mediante el desarrollo y producción de ingredientes. Inicialmente con un foco local en Argentina y con una paleta de productos acotada, orientada principalmente a carnes, pero con la convicción de que muchos de los desafíos que enfrentaba la producción de alimentos eran comunes a distintas geografías y sectores de la industria.

Después de 60 años, y dos generaciones más tarde, hoy millones de personas en todo el mundo consumen cada día alimentos fabricados con nuestros ingredientes. Somos una compañía de tecnología en alimentos, desarrollamos y producimos sistemas orientados a lograr textura, sabor, función y nutrición a través de distintas aplicaciones, desde proteínas alternativas y carnes, hasta lácteos, snacks y dulces.

¿Cuánto de la producción de Farmesa se exporta? ¿A qué mercados llega?

Contamos con sitios productivos en Argentina y Sudeste Asiático, desde los cuales exportamos más de la mitad de nuestra producción. Nuestros productos llegan a más de 40 países en Latinoamérica, Sudeste Asiático, Medio Oriente, África y Europa, a partir del soporte de una red profesional de distribuidores con alta capilaridad, y subsidiarias propias con operación logística y comercial en regiones clave.

Desafiar la competencia para lograr llegar a mercados internacionales requiere tecnología, se necesita equipamiento y recursos humanos ¿Cómo ha sorteado la empresa esos desafíos?

A lo largo del tiempo, hay tres pilares que continúan siendo impulsores del crecimiento para nosotros. El primero es el foco en la aplicación de ingredientes. Construimos nuestro negocio a partir de un conocimiento y preocupación genuina por los desafíos que nuestros clientes, los productores de alimentos, encuentran todos los días para lograr productos superiores en sabor, textura y a la vez saludables y seguros. Y lo hacemos nutriéndonos de una comprensión profunda de las preferencias de consumidor final, que están en evolución permanente.

Para lograr una transición hacia una matriz de proteínas más diversa, con mayor participación de vegetales, se requiere tecnología e investigación, de manera tal de lograr paridad en sabor, textura y costo vis-a-vis las alternativas tradicionales. Para navegar ese desafío creamos Plantia Food Systems, nuestra plataforma de ingredientes para alimentos plant-based.

Federico Nocella, Director

El segundo tiene que ver con la innovación y tecnología. Farmesa está hecha de gente intelectualmente curiosa y a partir del concepto de tecnología aplicada hemos organizado programas de I+D y excelencia operacional de clase mundial, con un vector de digitalización transversal a toda nuestra operación. Desde la concepción de ideas hasta el escalamiento en ambientes productivos de nuestros desarrollos, dedicamos una parte importante de tiempo, esfuerzo e inversión a pensar en el futuro de la alimentación y cómo ayudar a nuestros clientes a hacerlo realidad.

Finalmente, el ultimo pilar y quizás el más importante, es una combinación saludable de diversidad y valores compartidos en nuestros equipos. Tenemos colaboradores de varias nacionalidades y culturas, y nos nutrimos de todas las diferencias, pero a la vez tenemos una identidad común marcada por la pasión por lo que hacemos.

En tiempos donde la sustentabilidad está en todas las agendas, ¿cómo maneja Farmesa esta problemática? ¿Qué acciones realiza para transmitir a la sociedad la necesidad de lograr el equilibrio entre producir con eficiencia y cuidar el medio ambiente?

Tenemos una mirada sobre la sustentabilidad en varios niveles.

En un eje interno, trabajamos activamente sobre procesos, cadenas de abastecimiento, tecnologías para asegurar la menor huella ambiental posible. Canalizamos estos objetivos en diferentes iniciativas, desde reducción de utilización de agua en nuestras plantas, hasta proyectos de abastecimiento en origen y upcycling de materias primas residuales. 

En el eje externo, vemos con bastante esperanza el efecto multiplicador que puede tener el uso de tecnología en ingredientes para reducir el impacto ambiental de la producción de alimentos. Tomemos como ejemplo el caso de alimentos plant-based. Para 2050 el mundo demandará un 50% más de proteínas, y resolver ese problema solamente a partir de fuentes animales con los métodos de producción tradicionales generará daños irreversibles en nuestro planeta. Pero para lograr una transición hacia una matriz de proteínas más diversa, con mayor participación de vegetales, se requiere tecnología e investigación, de manera tal de lograr paridad en sabor, textura y costo vis-a-vis las alternativas tradicionales. Para navegar ese desafío creamos Plantia Food Systems, nuestra plataforma de ingredientes para alimentos plant-based.

Adicionalmente a las iniciativas sobre medio ambiente, estamos convencidos de que la sustentabilidad tiene un aspecto central de comunidad. Allí trabajamos con proyectos principalmente vinculados a educación, sobre todo en primera infancia, y alimentación, apadrinando organizaciones locales en las comunidades en donde estamos presentes.

Farmesa adhirió al Pacto Global de Naciones Unidas en el 2016. ¿Podría explicar cómo se tomó esa decisión y qué significa?

El Pacto Global de UN es una iniciativa focalizada en el desarrollo sustentable, que involucra la adhesión activa a principios sobre derechos humanos, derechos laborales, standards medioambientales y prácticas anticorrupción. Dado que hace tiempo trabajamos en estos aspectos de manera descentralizada, algunos años atrás decidimos que es una herramienta interesante para canalizar en forma más orgánica las medidas prácticas que vamos tomando en estas áreas.

Las proteínas vegetales son un insumo cada vez más requerido por las grandes empresas y también los emprendedores para desarrollar productos plant-based. ¿Cómo responden a la demanda creciente de estos productos?

Tratamos de tener un enfoque abierto y holístico sobre la transición de proteínas. La primera ola de esta transición está definida por los productos plant-based. Considerando que la proporción de la población con dietas flexitarianas está experimentando un crecimiento significativo, nuestra mirada está focalizada en ayudar a nuestros clientes a lograr experiencias de consumo únicas.  Para esto, no solo trabajamos en proteínas alternativas, sino también en los sistemas de textura, saborización y coloración natural en base a plantas que habilitan este objetivo. Plantia Food Systems es nuestra plataforma de tecnología para lograr resultados en el área. Involucra investigación, procesos y acompañamiento a los productores de alimentos plant-based a través de todas las etapas: diseño de productos y alineamiento con preferencias de consumidor, formulación de productos terminados, producción y provisión de sistemas de ingredientes, pruebas piloto y asistencia tecnológica durante su aplicación.

A futuro, nuestra visión es que una matriz de proteínas sustentable es necesariamente híbrida, y que necesitamos que todos los actores aporten desde su lugar. Respecto de tecnologías, esto implica que adicionalmente a proteínas vegetales, otras fuentes como las proteínas microbianas y más adelante el cultivo de células, tendrán un rol importante que jugar. El trabajo con este tipo de proteínas también está dentro del alcance de nuestras iniciativas.

Los consumidores exigen cada vez mayores garantías de calidad e inocuidad en los alimentos, por lo que la industria alimentaria aumenta la presión sobre la cadena de suministros. ¿Qué acciones están tomando para mantener la relación con sus clientes o alcanzar nuevos compradores?

La inocuidad alimentaria es un requisito de base, y nuestro objetivo es exceder las expectativas de nuestros clientes. Para brindar el marco correcto y organizar nuestros esfuerzos de mejora continua en estas áreas, contamos con certificaciones de calidad e inocuidad alimentaria, FSSC22000, ISO 9001, y certificaciones religiosas (Halal, Kosher). Nuestros objetivos de calidad suelen ser transversales a toda la organización, con una orientación muy clara a clientes.

¿Cómo ha impactado la pandemia en la organización de su empresa? ¿Cuál considera que es la enseñanza que deja la pandemia para las industrias de insumos alimentarios?

En una situación tan disruptiva, se hace muy patente que el mundo está conectado y que estamos todos juntos en esto.

Nuestro primer objetivo al inicio de la pandemia fue colaborar para lograr que el suministro de alimentos no se viera interrumpido por falta de ingredientes. Más allá de los cambios y gestión para asegurar que las operaciones continuaran fluyendo, esto requirió un ejercicio que testeó la robustez de nuestra cadena de abastecimiento en distintos mercados en todo el mundo. Afortunadamente y luego de ajustes y un gran esfuerzo de nuestro equipo, logramos cumplir con este objetivo de base.

Una vez asegurada esta continuidad, pudimos darnos el espacio de ver a la pandemia como un momento de innovación e inversión. En un momento en donde el mundo estaba enfocado en asegurar el abastecimiento, y los productores de alimentos no tenían en sus planes nuevos lanzamientos, pusimos mayor énfasis en objetivos de largo plazo.

Nuestras áreas de desarrollo avanzaron sobre nuevos productos, aplicaciones y proyectos. Adicionalmente realizamos inversiones para expansión de capacidad en las plantas de Argentina y Asia, habilitando la posibilidad de fabricar nuevos productos.

Como lecciones para la industria de alimentos, creo que quedan varias.

Ante un desbalance global de esta magnitud, es muy difícil construir de la noche a la mañana lo que no se haya construido hasta ese momento. Lograr robustez en operaciones y cadenas de abastecimiento es un trabajo de largo plazo. En cuanto a la producción de alimentos, esto tiene implicancias que definen el balance entre eficiencia, agilidad, descentralización y redundancia, y creo que eventos de este tipo obligan a una nueva mirada sobre estos equilibrios.

Respecto del largo plazo, aún considerando que zoonosis como esta no son frecuentes, nos interpelan. Más allá de los métodos para producción de alimentos seguros e inocuidad, pienso que profundizar una transición hacia mayor diversidad en consumo de proteínas es el camino correcto.