fbpx

Día Mundial de las Legumbres, los cultivos que ayudan a la resiliencia de los sistemas agrícolas frente a las crisis alimentarias

Las legumbres no solo aportan nutrientes, sino que resisten condiciones climáticas adversas

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por Food and Agriculture Organization of the United Nations) conmemoró el 10 de febrero el Día Mundial de las Legumbres, establecido para reconocer el potencial de las legumbres en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. 

El tema de este año, Leguminosas para un Futuro Sostenible, destaca el rol de las legumbres, semillas comestibles de plantas leguminosas como porotos, lentejas, arvejas y garbanzos, en mejoran la nutrición humana, a la vez que aumentan la resiliencia de los sistemas agrícolas gracias a su baja huella hídrica, su tolerancia a la sequía y su resistencia a las condiciones climáticas adversas. También aportan a la fertilidad del suelo por su fijación del nitrógeno, reduciendo el uso de fertilizantes nitrogenados, y a la mejora de la biodiversidad en los agroecosistemas al servir de alimento a organismos del suelo.

El sector mundial de producción de legumbres puede ser un factor positivo para garantizar la resiliencia de las cadenas de suministro regionales y mundiales, permitiendo a los consumidores acceder a alimentos nutritivos y contribuyendo al uso sostenible de los recursos naturales.

Las legumbres pueden ayudar a abordar crisis alimentarias, ya que además de ser alimentos asequibles y ricos en nutrientes. se pueden almacenar durante mucho tiempo.

Si bien 2023 ha sido designado el Año Internacional del Mijo, la FAO ha destacado muchas sinergias entre las legumbres y el mijo. Se han adaptado a condiciones climáticas adversas, lo que les permite crecer en suelos pobres y marginales. La combinación de mijo y legumbres, a través de la rotación de los cultivos, pueden impulsar la sostenibilidad y aumentar la producción y la agrobiodiversidad.

En el proyecto Smart Protein financiado por la Unión Europea, tres de los cuatro cultivos promovidos son legumbres. El proyecto tiene como objetivo explorar la idoneidad de los cultivos y la calidad de procesamiento de las habas, las lentejas y los garbanzos (además de la quinua, un grano integral), en siete zonas edafoclimáticas representativas de Europa (Dinamarca, Irlanda, Italia, Países Bajos, Polonia, Portugal y España), utilizando sistemas de agricultura orgánica regenerativa. 

Según la FAO, dado que las legumbres respaldan todas las dimensiones de la sostenibilidad, incluirlas en los sistemas agroalimentarios es clave para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.