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Los residuos de alimentos se pueden convertir en las proteínas que la población mundial necesita   

La fermentación microbiana o el uso de insectos como bioconvertidores reduciría la dependencia alimentaria de las proteínas convencionales

El proceso de convertir los desechos de alimentos en proteínas, a través de la fermentación microbiana o el uso de insectos, podría contribuir a la solución de los problemas alimentarios mundiales. En un estudio publicado en Green Chemistry, investigadores del King’s College of London, junto a otras instituciones académicas e industrias europeas, postulan que estos procesos podrían triplicar la cantidad de proteína que actualmente se necesita para alimentar a la población mundial diariamente. Por otra parte, la producción de proteínas a partir de desechos orgánicos reduciría la dependencia de las fuentes de proteína convencionales, como la carne o la soja.

Se estima que un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial se subutiliza por razones relacionadas con la logística de la oferta y la demanda. Esta tendencia es evidente tanto en las regiones desarrolladas con sobrenutrición como en los países menos desarrollados con tasas crecientes de desnutrición.

Según la investigación, la utilización de biotecnologías microbianas, como la fermentación, puede lograr rendimientos de aproximadamente un 40 % de biomasa celular a partir de desechos secos, conociéndose al menos 80 especies microbianas capaces de producir proteínas. El estudio destaca que si el proceso de producción de micoproteína, una forma de proteína unicelular derivada de hongos, se aplicara a los residuos de cultivos agrícolas, se producirían 562 megatoneladas de proteína al año. Actualmente, la única micoproteína comercial pertenece a la marca Quorn y se vende en 17 países.

Organismos superiores, como los insectos, también se pueden utilizar como bioconvertidores que consumen desechos de alimentos y pueden luego ser cosechados para consumo humano y animal, produciendo un alto nivel de proteínas nutricionalmente densas.

Además, se pueden usar tratamientos bioquímicos y físicos para recuperar nutrientes adicionales de los flujos de desechos, mejorar los sistemas de conversión de desechos en proteínas o convertir desechos de carbono en azúcares fermentables y otros productos químicos de plataforma para su posterior conversión en proteínas. 

Sin embargo, se necesita una mejor comprensión de los microbios, el flujo de desechos y los procesos involucrados para una producción de proteínas segura, eficiente y estandarizada. Un obstáculo para estas tecnologías es la mala percepción pública de los procesos de conversión de residuos en proteínas. La calidad higiénica y las normas de seguridad estándar varían significativamente de un país a otro, lo que plantea más dificultades para ampliar las tecnologías de reciclaje a nivel mundial. 

Otro de los obstáculos es el costoso proceso de regulación de estas proteínas, que requiere de muchos recursos y tiene plazos prolongados para su aprobación. Esto plantea una barrera significativa para la expansión del mercado, a pesar de la investigación y el desarrollo acelerado de las tecnologías de conversión y los descubrimientos de nuevas fuentes de proteínas.

El estudio enfatiza la importancia de la preservación de la calidad, asegurando flujos de desechos orgánicos libres de contaminantes y análisis de sistemas para estimar el potencial de conversión de desechos en proteínas que involucran procesos químicos, físicos, y vías de conversión biológica. Un elemento crucial es la vinculación de las cadenas de suministro de residuos a proteínas, la huella ambiental y las medidas regulatorias generales en relación con la sostenibilidad y seguridad alimentaria.

Mientras tanto, la tendencia continúa produciendo innovaciones, con la empresa emergente de reciclaje Kern Tec que presentó recientemente en BioFach 2023 el primer yogur del mundo elaborado con semillas de damasco recicladas.